domingo, 14 de noviembre de 2010

LA EXTINCIÓN DEL DELFÍN BAIJÍ.


Una de las especies extintas más recientemente, es la del delfín baijí.  Los chinos llaman baijí al delfín de aleta blanca que habitó en el río Yangtsé, uno de los más grandes del mundo.  En China se le ha apodado “la diosa del Yangtzé”. Cuenta una leyenda china, que el baijí es la reencarnación de una princesa que se ahogó en la turbulentas aguas del gran río. Esta variedad de delfines emigró desde el Océano Pacifico al río Yangtzé hace unos 20 millones de años. Se estima que había 5.000 delfines cuando fueron descritos en el diccionario de la dinastía Han. En los años 50,del siglo XX, su población se estimaba en 6.000 ejemplares.

El baiji es un delfín blanco, casi ciego, similar a otras especies de agua dulce que habitan en los ríos Mekong, Indo, Ganges y Amazonas. Este delfín se reproducía en el primer semestre del año. El mayor número de partos se producían entre los meses de febrero a abril. La gestación duraba de 10 a 11 meses, y sólo tenía una cría por cada parto. El intervalo entre partos era de 2 años. Las crías medían al nacer alrededor de 80 a 90 centímetros y no se independizaban hasta los 12 ó 14 meses. Los machos miden unos 2,3 m de longitud, las hembras son un poco mayores, con 2,5 m. Los adultos llegan a pesar entre 135 y 230 kg. Se estima que viven alrededor de 24 años en el medio silvestre. Debido a su mala visión, el baijí se basa en la ecolocalización para la navegación y alimentación.
Es una especie de agua dulce que sólo se encontraba en el río Yangtzé de China. Históricamente también habitaba los lagos Poyang y Dongting , con aguas del río (Zhou et al. 1977, Chen et al. 1980), pero ya no se les encuentra allí. Su área además se ha ido reduciendo dentro del mismo río agravado por la construcción de una presa.
Veamos algunas de las características taxonómicas del extingido delfín baijí. Reino: Animalia. Filo: Chordata. Clase: Mammalia. Orden: Cetácea. Familia:Inidae. Nombre científico: Lipotes Vexillifer. Autor de la especie: Miller, 1918.
Como ha sucedido con otras muchas especies, en el último siglo, este raro habitante de las aguas dulces, prácticamente ciego e inofensivo, ciego no por enfermedad, sino porque utilizaba más otro sentido, su sonar en vez de la vista para capturar sus presas, comenzó su declive poblacional a partir de un conjunto de causas varias, tales como la caza intensiva, la pesca con sistemas electrónicos en el río y, en general, la destrucción de su hábitat motivada por esa compleja evolución que imprime el desarrollo económico.

Lo más relevante de la extinción de este delfín de aleta blanca es que no se produjo de manera repentina, sino que, como suele suceder con estos temas de especies en peligro, ya en los años ochenta se dio la voz de alarma sobre la preocupante situación de este mamífero y la necesidad de poner remedio a una situación que todos los científicos auguraban como catastrófica. 

En 1979 China lo declaró en peligro, y en 1983 se decretó que su caza era ilegal. Para 1986 la población total se estimaba en unos 300 individuos, y en 1990 unos 200. Su número siguió decreciendo rápidamente, sobre todo con la construcción de la Represa de las tres Gargantas, que alteró de manera irrecuperable el hábitat de este delfín. En 1998 solo se pudieron encontrar 7 ejemplares, y los científicos especularon con poder salvarlos moviéndolos a un lago cercano para luego llevarlos nuevamente al río cuando sus chances de sobrevivencia fuesen mayores. No se tienen datos de ningún ejemplar desde el 2002, y a la especie se le consideró extinta a finales del 2006 tras una expedición que no pudo encontrar ningún ejemplar en el río. Tristemente se trataría del primer cetáceo en extinguirse por causa de actividades humanas.

En 2007, un baijí fue avistado por un vecino de la provincia china Anhui, llamado Zeng Yujiang. Las imágenes fueron revisadas en el Instituto de Hidrobiología de la Academia de Ciencias China quienes confirmaron su autenticidad. Pero en este mismo mes de mayo-junio del 2008, se ha vuelto a declarar al baiji, completamente extinguido.

Las amenazas han sido varias, destacando:

Un cierto nivel de explotación directa (su piel llegó a utilizarse para bolsos y aguantes).

Mortalidad accidental por la pesca en el río de otras especies a causa de redes y pesca eléctrica (aun estando prohibida); por otro lado, entre los años 1970 y 1980 se considera que el enredo en las redes de pesca ha causado por lo menos la mitad de la mortalidad observada (Lin et al. 1985, Zhou Li y 1989, Chen 1989, Chen et al. 1997).

También ha incidido, de forma apreciable en su extinción, el excesivo tráfico marítimo, la gestión de canales de navegación y la construcción de un enorme puerto.

La construcción de la presa de las tres Gargantas (provocó que tuvieran que trasladar a los delfines que allí habitaban a un lago cercano con la esperanza de poder reintroducirlos al río cuando las oportunidades de supervivencia aumentaran, ya que alteró de manera drástica el hábitat de la zona). 

La pérdida o degradación de hábitat debido al desarrollo de los recursos hídricos, prácticas de uso del suelo y la contaminación, fueron otros factores que incidieron, indudablemente, en su desaparición.

La Fundación de Conservación de Wuhan “Delfín Baijí”, fundada en diciembre de 1996 gastó alrededor de 100.000 dólares para la preservación de células in vitro, por lo que quizás algún día lo podamos ver nuevamente.
Wang Ding, de la Academia China de Ciencias, es el líder de una importante  investigación —en la que también participan expertos japoneses y norteamericanos— y está desolado porque ni con toda su experiencia tendrá capacidad de salvar a los cetáceos blancos. Nadie podría, aunque contara con apoyo de todo tipo, cuando es imposible localizar siquiera a un ejemplar.
¿Imaginas lo triste que será para él y sus compañeros dedicar los próximos años a escribir sobre un ser del pasado que ya nadie tocará, escuchará o verá? Sí, como personaje de cuento o fantasía.

No hace falta ser un gran experto para intuir que lo que ha fallado en la estrategia de conservación del delfín de aleta blanca ha sido la incapacidad para tomar una decisión. Parece que al final la postura de no hacer nada con el animal, tesis mantenida por los científicos extranjeros, no fue la más acertada, ya que recuperar el hábitat de un río, que está sumido de lleno en un proceso de revolución industrial imparable como el que pretende China, ha debido de ser una tarea imposible. 

La extinción de una especie salvaje es un drama ambiental, ya que no hay posibilidad de recuperarla, de momento más allá de las fantasías cinematográficas. ¿Quién ha sido más responsable en la desaparición de esta especie? Una sociedad con escasa sensibilidad ambiental que explotaba un medio como el río Yangtsé con tal de poder sobrevivir, o el staff de científicos que durante años discutieron sin ponerse de acuerdo en qué iniciativas tomar. 
                                                    

      

miércoles, 10 de noviembre de 2010

EUROPA: UNIÓN Y DESMEMBRACIÓN DE UN CONTINENTE.


      La idea de conseguir la unidad europea se remonta al siglo II a.C, cuando las legiones romanas se van apoderando, paulatinamente, de casi todo el continente: Europa Central, Occidental y una pequeña franja de la Oriental. Incluso las legiones romanas llegaron a conquistar todo el Norte de África y Oriente Próximo.
      El emperador carolingio Carlomagno va a intentar, a comienzos del siglo IX d.C, la unificación de Europa. Establece la capital en Aquisgrán y, desde allí, pretende la restauración del Imperio romano desde el punto de vista territorial y cultural. Incluso se hace coronar emperador por el Papa de Roma.
      Posteriormente, Carlos V y Felipe II, a lo largo del siglo XVI van a intentar esta unidad europea, aunque sus logros van a ser muy inferiores a los anteriormente mencionados. Será Napoleón Bonaparte, en los primeros años del siglo XIX, quien conseguirá esta deseada unidad europea, pero bajo el control autoritario francés impuesto por la fuerza de las armas. Evidentemente, era muy difícil llegar a la unidad del continente europeo, cuando parte de estos países no había alcanzado su propia unidad nacional, casos de Italia o Alemania.
      A principios del siglo XX, los países europeos se encuentran francamente en decadencia. El impulso colonial iniciado un siglo atrás se ha paralizado. Se producen dos grandes destrucciones del continente provocadas por las dos guerras mundiales, y para salir de estas graves crisis económicas es necesaria la ayuda de una potencia extranjera, los Estados Unidos, que de esta forma se afianzará como la primera potencia mundial.
      En 1952, se dan los primeros pasos (mediante el denominado, Plan Schumann) hacia la creación de la unidad europea, cuyos acuerdos definitivos se firmaron en Roma, el 25 de marzo de 1957. Existe, en ese momento, un gran deseo por parte de casi todos los países de la Europa Occidental de participar, lo antes posible, en este proyecto de unidad económica y política.
      Con la caída del Muro de Berlín y el desmantelamiento del sistema comunista de los países del Este, se produce, en primer lugar, una desmembración de muchos de estos países, como es el caso de Rusia, en donde surgen más de 19 países independientes; la división de Checoslovaquia en dos (checos y eslovacos) , sin olvidarnos de la guerra civil en Yugoslavia, que provocó la división de este territorio en cinco partes, constituyendo los siguientes nuevos países: Eslovenia, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Serbia y Macedonia).
      En los últimos años, en los países de Europa Occidental, se están agudizando las tensiones internas provocadas por los partidos nacionalistas, que pretenden conseguir, lo antes posible, un gobierno autónomo cada vez más fuerte e independiente del central, como ocurre en el caso de España, la división regional de Portugal, el deseo de independencia de Lombardía del resto de Italia, el movimiento independentista corso, que pretende la independencia de la isla de Córcega de Francia, etc.
      En estos momentos, a principios del siglo XXI, en el continente europeo se está produciendo una bipolaridad muy acusada. Por una parte, el deseo de muchas regiones europeas de conseguir los derechos históricos de sus pueblos, remontándose incluso para ello a la Edad Media (Cataluña, P. Vasco, Lombardía, Córcega);y,  por otro lado, muchos países pretenden su rápida incorporación a la Unión Europea, lo que podría prococar serios problemas organizativos y de funcionamiento.
      La proliferación de pequeños estados europeos dificultaría el proceso de la unidad europea e incluso entraría en contradicción del propio "espíritu" comunitario.